La manecilla del reloj se mueve. La arena desciende suavemente dentro del cristal. El tiempo se agota...
Pero el tiempo ¿Realmente se agota? ¿Cuál es la prisa?
-¡Stop!
Respiremos profundamente, abramos los ojos e intentemos mirar y ver, observar e involucranos...
En mi cabeza hace un tiempo empezó de a poco a crearse un camino, fruto de golpes, de frustraciones, de desilusiones. Correcto. Pero sobretodo fruto del amor, del saberse querido, de entender que hay una trascendencia mayor a lo que mi pequeña cabeza puede entender, o a lo racional y estructurada que puedo llegar a querer que sea mi realidad, siempre existe miles de factores superiores que van a cambiar o sacudir mi ser y estar. A eso se llama Vida.
Dentro de la vida existen opciones. Decisiones que tomar. Todo un proceso previo dónde existe mucha influencia social, empírica, política, económica que inquieta ese proceso de decidir.
Creo que en estos momentos pese a la incertidumbre de la vida en la que estamos inmersos, a nivel social, económico y político que se vive en Argentina he llegado a un momento de paz, de quietud. de comodidad. Con muchas cosas por resolver, con muchos proyectos por iniciar con muchas inseguridades en relación al ¿Qué? al ¿Cómo? al ¿Dónde? va seguir caminando mi vida pero ante esa realidad surge una paz innata de saber que los mayores problemas que pueden afectarme y que están en mis manos son los que decido crearme a mí mismo. Ya que muchas otras situaciones van a excederme.
Pero volviendo a esa comodidad, creo que cómo en su momento Jesús le dijo a Pedro, vamos a navegar mar adentro, muchas veces la comodidad de estar en lo pando no permite crecer ni profundizar acerca de uno o de dos.
La experiencia propia que es acotada y en ningún caso puede aplicarse al resto de las personas me enseñó que uno a medida que va amando va aprendiendo a crecer en el amor y también va eligiendo el que y el cómo pero sobretodo el de quién.
A medida que la razón y el corazón intentar llegar a un acuerdo se empiezan a descubrir cosas maravillosas, y en ese proceso de a poco me voy adentrando.
Lo curioso es que es una elección personal y solitaria y se disfruta y se vive de esa manera, sin involucrar todavía a un otro sino simplemente disfrutando, y ¿amando? o algo similar. Lo superador de esta situación o no depende la mirada es que cómo decía nadando en lo pandito sin involucrarme de más existe un paz... tensa como cuándo esta por caer la piedra y el agua dibujara las ondas sobre su superficie, entendiendo que una vez que se decide dar el paso las consecuencias son inesperadas e incalculables.
Sólo saber el movimiento preciso y esperar el momento adecuado, para decir sí o para decir no...
A amar se aprende amando, amar al otro, compartir, crear, disfrutar, reir esas cosas en estos momentos las domino sólo y me hacen muy feliz.
Pense que no iba a intentar compartilas nuevamente con otra persona, pero la sabiduría de la vida y de Dios me demuestran que eso es impredecible y por eso ante una nueva y cálida sonrisa, ante un corazón que late más fuerte, ante una posible dificultad, una poca probabilidad de suceso o ante un panorama de circunstancias adversas... Queda pensar y sentir, y sobretodo disfrutar.
Las consecuencias serán incalculadas e impredecibles, satisfactorias y deportarán un aprendizaje... Si es o no es... Eso es lo de menos...
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