Las palabras pueden ser balas que acribillan sentimientos, el teclado es el elemento que canaliza mis enojos,mis frustraciones...
Y se van sumando, hoy escribo de mi, sólo de mi...
Cansado y frustrado, pero con una esperanza que se vislumbra en el horizonte...
El mal existe, las diferencias también, los enfoques pueden ser dísimiles, y lo que para uno está bien para otro está mal, y sólo yo soy dueño de mis emociones, no la causa, por que la causa puede ser la acción, elección, palabra o movimiento del otro...
Se que elijo enojarme, que elijo frustrarme y que lamentablemente, no puedo preguntar ¿por que? no existe ese canal para decir, que necesitas o queres de mi, cuál es el papel que tengo que ocupar o hasta cuando voy a ser parte de la estructura desde dónde funciona la lógica de los movimientos...
Podría escribir muchas barbaridades fruto del enojo irracional, fruto de la bronca... Pero hace un par de líneas vislumbraba una esperanza...
Esa esperanza es Dios, yo soy Cristiano, y creo en Dios, en mi Dios que se hizo Hombre en Jesús y qué a través del espiritú obra en muchas acciones en el día a día.
Por lo tanto creo que Dios va a obrar en mi cómo más de una vez lo ha hecho y va a canaliza mi energía en hacer el bien, yo se la ofrezco para que haga sus obras, a ¿Quién? eso es lo de menos por que con sólo salir a la calle uno puede encontrar personas que necesiten una sonrisa, un cariño, un abrazo o una buena acción...
Este espacio sirve de descarga, y pronto la acción va a suplantar el enojo que se va a transformar en amor...