miércoles, 10 de abril de 2013

El Horizonte nublado frente a la Esperanza Innata


Soy un joven casi adulto de 25 años; en parámetros o viendo en situaciones similares en otras épocas de la Historia, se podría decir que a esta edad, por ejemplo mi papá me tenía a mí su primer hijo, o que en Europa, un joven vive sólo y ha conocido mucho mundo.

Pero sin entrar en ánimo de comparar, porque soy partidario, de que cada vida es propia, y que las comparaciones son armas para alejarse de la felicidad, en estos momentos de mi vida, hago un parate con ganas de ver que pasa hoy en mi mundo, en mi mundo cercano, junto a mis cercanos y mis lejanos.

Hay algo que se repite en la vida, y es la división del ser humano, en grupos antagónicos, soy Periodista Deportivo y últimamente he visto, respirado, mirado y vivido muchos episodios dónde la violencia es protagonista. 

La pregunta radica en porque el deporte sería diferente a la sociedad, o por que deporte sería diferente al común ser del genero humano, la competencia raya los límites de la violencia y muchas veces los cruza con tanta facilidad, que es sorprendente e inclusive loco.

Y esto se repite en cada ámbito de la vida de los seres humanos; en los micro ambientes, y macro ambientes  Familia, Amistades, relaciones interpersonales, hasta temas cómo el deporte, la religión, la política.

Yo soy católico, creo en el amor, pero muchas veces, veo el mundo, veo mis pares, me veo a mí, y pienso ¿a dónde vamos? Creo que mi meta es clara, yo quiero ser feliz, ese es mi motivador, como católico soy Feliz por la alegría de vivir con Jesús, aunque ese es un concepto inentendible, para la persona que no haya experimentado ese encuentro pero el punto no va orientado hacia la religión, sino hacia la simpatía propia que el ser humano debería generar por ser, ser humano.

Y allí entra la dificultad misma de generar esa simpatía en base a nada, por que en el mundo de hoy arrebatado de redes sociales, de información, de crear una necesidad de "ser visto" estamos cada vez más lejos de la acción, del mano a mano y del codo a codo.

La vida nos lleva a acomodarnos frente a un teclado y vivir a través de este, de trabajar, ganar nuestro dinero, caminar, vivir, volver al teclado, volver al facebook, al twitter, al celular, es un mundo extremandamente conectado y desconectado.

¿Cuál es la esperanza?

Recordar, sea el ámbito que sea, sea la dimensión que sea, que la otra persona es persona, si se fomenta el Respeto, quizás llegue el día en que la felicidad sea constante para toda las personas, y no sólo una ilusión que uno ve en el otro, y que es un piso de frustración para uno mismo

Ojalá ese día llegue pronto